"Aquí dentro no hay nanorrobots", me asegura la enfermera cuando se apresta a inocularme. Le creo: si estuviera mintiendo ya habría intentado venderme un paquete de megas o un plan de datos. Se limita a advertirme que podría tener fiebre, cefalea, frío intenso y esas cosas que la vacuna produce en los espíritus sensibles. Como además de eso soy obediente, enrumbo a casa para descansar. En el camino, me entran tres llamadas y me siento como me he sentido toda la vida: estafado. Para colmo, los interlocutores —números equivocados, obviamente— me hablan en vietnamita. Una prueba de que los nanorrobots que ahora corretean como combis por mis venas ni siquiera son Claro o Movistar. Pero no pienso reclamar: justo estaba por cambiar de celu y no pierdo nada probando. Además, a caballo regalado...
Pero a las once de la mañana, entre las docenas de conversaciones telefónicas que mi tuneado cuerpo escucha, capturo una de la vieja insoportable del 2C. Dice que tiene un problema con la señal del cable y que, desde hace un par de horas, el audio de la serie de mafiosos que ve en Netflix, se mezcla con el de Radiomar y Nueva Q. Cuando, media hora después, vienen del servicio técnico para atenderla, opto por salir de casa, para que nadie sospeche de mí. A lo mejor mis poderes hacen feliz a alguien. Iré al parque. Seguro ahí alguien necesite wifi.
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Autor
Pablo Ignacio Chacón
Soy autor de "Los perseguidores" (cuentos) y "Juanito Trapelas" (microrrelatos). En 2017 gané el Concurso de Microrrelatos de la Casa de la Literatura Peruana. Fui finalista en el Concurso Internacional de Cuento Juan Rulfo (2011), el Concurso Bonaventuriano de Cuento de (2015) y dos veces en la Bienal de Cuento Premio Copé (2000 y 2022).
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