Aunque de tramas muy distintas, hay una sorprendente coherencia entre los relatos que componen La Horda Primitiva. Todos los textos son de corte realista. Sus personajes viven en un contexto urbano o proceden de uno. Su "lucha" principal suele enfocarse en las presiones del entorno. Y la tentación de dejar de luchar y resignarse, atormenta a sus personajes, como si fuera la única salida a sus problemas.
Las mujeres que se salen de lo "socialmente esperado" y que deben soportar "las miradas clavadas en su espalda" (como le pasa a la protagonista del cuento "Dime sí") son recurrentes en esta colección de relatos. |